(Gracias, Citoyen, por el enlace que inspira el título. Impagable)
Bien, como era de esperar, el plan Geithner no ha sido bien recibido por parte de la intelligentsia de izquierdas estadounidense. Ya dije ayer que Krugman no está contento, y tampoco lo está Stiglitz, como deja claro en declaraciones a Reuters. Algunos ya intuíamos que Obama no es un abanderado del marxismo pero ¿tanta confianza en el mercado es razonable?
Bien, como era de esperar, el plan Geithner no ha sido bien recibido por parte de la intelligentsia de izquierdas estadounidense. Ya dije ayer que Krugman no está contento, y tampoco lo está Stiglitz, como deja claro en declaraciones a Reuters. Algunos ya intuíamos que Obama no es un abanderado del marxismo pero ¿tanta confianza en el mercado es razonable?
Un resumen burdo del plan Geithner partiría de la idea de que los activos tóxicos que acumulan bancos y otras entidades financieras tienen un precio por debajo de su valor real. Esto implica que si se ponen en venta en un mercado ad hoc, con el estado garantizando con su dinero las posibles pérdidas, avisados inversores verán en ellos negocio y las empresas con problemas podrían venderlas y sanear. De esta forma, el Tesoro no tendría que ir de aquí para allá como un pollo sin cabeza, salvando un banco mientras observa con terror que el de enfrente se está derrumbando. Para saber más sírvanse a pasar por el blog de Egócrata.
El problema es que las pérdidas las paga el contribuyente y las ganancias se las embolsa el inversor. El problema es que los mismos agentes que llevaron al caos el sistema financiero habrán de salvarlo, esta vez con dinero del estado. El problema es que muchos golfos apandadores seguirán en su puesto ganando burradas vergonzantes de dinero: mal precedente. El problema es, en fin, que en la ruleta y en la vida la banca siempre gana.
¿Por qué el ejecutivo estadounidense opta por una solución que puede enfurecer a muchos de los que lo votaron y enfrentarle con los gurús de la izquierda? Creo que lo que quieren es salvar la situación lo antes posible y con un mínimo de intervención. ¿Por qué? Por que cada iniciativa legislativa cuesta un tiempo que creen no tener. De un incendio quieres salir rápido, no salir guapo. Me malicio que Obama, al contrario que nuestro amado líder, prefiere hacer algo mal que no hacer nada.
Mi esperanza es que cuando las cosas se encarrilen, si es que este plan sirve para encarrilarlas, no quede todo en un susto. Que financieros y republicanos no vociferen que el sistema funciona y sabe curarse sólo, si se le da la oportunidad. Espero que el gobierno estadounidense, junto con los del resto del mundo, lleve a cabo las reformas legislativas necesarias para que la regulación de los mercados financieros les imponga una mayor estabilidad, equilibrio y, sobre todo, transparencia. A pesar de que EEUU no sea Suecia, señor Geithner.
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