14/7/10

El futuro del gas natural

El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) acaba de publicar un informe sobre el futuro del gas natural como fuente de energía, en la misma línea de los informes que ya sacó sobre energía nuclear, carbón y fotovoltaica. Os lo podéis descargar aquí.

Como el tema de la energía es uno de los favoritos de este blog, y además hemos dedicado algunas entradas recientes a la confrontación gas natural - renovables, voy a resumir lo que me parece más relevante o llamativo del informe.

El gas natural como fuente de energía "puente" hacia un mundo bajo en carbono

Los autores del informe centran sus estimaciones en el año 2050, y consideran al gas natural como una fuente de energía "puente" hacia un mundo bajo en carbono. Este mundo "bajo en carbono" estará formado por renovables, nuclear y también fósiles de gas y de carbón, pero éstas últimas dotadas con tecnologías de "captura y almacenamiento de carbono" (CAC)

Esto es llamativo, porque muchos consideran que la energía "puente" tendría que ser la nuclear, descartando de antemano el gas por ser energía fósil. En el informe del MIT se deja claro que dicha visión no es muy realista, dada la madurez de las tecnologías de generación eléctrica basadas en gas y la disponibilidad de reservas, que catalogan como suficientes para el presente siglo.

La importancia del gas natural, según el informe del MIT, es que previsiblemente reducirá las emisiones de CO2 de forma importante, pero siempre que se reemplace masivamente a las centrales de carbón más ineficientes por Ciclos Combinados de Gas. Más en detalle, el informe afirma que el gas natural reemplazará fuertemente al carbón en la generacion eléctrica en el 2050, siempre que las emisiones de CO2 se tasen lo suficiente para conseguir lo siguiente:
  • que los países industrializados lo reduzcan un 50% para 2050
  • que los países en desarrollo lo reduzcan un 50% para 2070
Asume también reducciones de precio de las alternativas: renovables, nuclear y CAC (estas últimas tecnologías, por cierto, están en fase incipiente y aún no está nada clara su viabilidad económica e incluso tecnológica en algún caso).

Reservas

Sobre la cuestión de las reservas, el informe le da mucha importancia al gas "no convencional", cuyas reservas, apenas explotadas, se estiman superiores a las convencionales (tight gas, coal bed methane, gas shales) o muy superiores (hidratos). Sobre los hidratos hay grandes incertidumbres tecnológicas en cuanto a explotación, pero no así sobre las anteriores. El informe se centra bastante en los gas shales (asociado a rocas), cuyo principal problema de explotación es medioambiental. Para el MIT, sin embargo, los problemas medioambientales relacionados con el gas no convencional (básicamente contaminación de aguas superficiales y de acuíferos subterráneos) son "gestionables, aunque desafiantes".

Interacción con renovables en generación eléctrica

El informe alerta de que la introducción de mucha generación renovable intermitente podría tener un efecto indeseado a corto plazo: al reducir la generación con gas, podría forzar el arranque "en base" de centrales de carbón, y por tanto perjudicar, paradójicamente, las emisiones de CO2.

Sobre el problema de la intermitencia de las renovables ya alertábamos en ésta entrada, y sus efectos sobre las centrales de gas se comentan también en ésta otra. Este riesgo es aún mayor (esto lo digo yo, no el informe del MIT) en los sistemas que no apuesten por la nuclear como energía de base, como parece ser el caso de nuestro país (al menos a juzgar por las declaraciones de algunos, porque luego la realidad es tozuda...).

En el largo plazo, sin embargo, los autores del informe auguran un mundo en el que las renovables consiguen ser "energía de base", en cuyo caso el gas servirá para modular la demanda, es decir, servirá como soporte a las renovables en picos, funcionando en cortos períodos de tiempo. Esto requiere estructuras regulatorias que aseguren la confiabilidad del sistema y la instalación de la capacidad de gas necesaria, es decir, que aseguren la rentabilidad de las centrales de gas a pesar de éstas tengan un funcionamiento puntual.

Como decíamos en nuestras entradas enlazadas más arriba, éste problema ya se está produciendo aquí y ahora: aunque las renovables no son energía de base en el sistema español (lo es, todavía, la nuclear, y la hidroeléctrica en buenos años hídricos), entran al pool casi como si lo fueran, pues su entrada es preferencial por norma, lo cual desplaza a los ciclos combinados de gas a funcionar sólo unas pocas horas para cubrir la intermitencia de las renovables, convirtiendo en no rentables a centrales que se construyeron para funcionar muchas más horas. Ése es el problema que el MIT quiere ver resuelto a más largo plazo, mediante medidas regulatorias.
Además, en otros países sin suficiente generación nuclear, este problema puede provocar la entrada de centrales de carbón para cubrir la demanda de base, produciéndose el efecto contrario al deseado, como bien alerta el MIT.

Transporte

Una cosa que me llama especialmente la atención es el limitado papel que el informe otorga al gas natural en el sector transporte. Aunque entre las medidas recomendadas a los gobiernos aconsejan suprimir trabas administrativas al uso del gas en el transporte, en realidad casi lo descartan como solución global para el transporte, aduciendo el elevado coste de conversión de los vehículos para que puedan consumir gas.
Digo que me llama la atención porque, aunque yo mismo siempre había considerado dicha alternativa como "poca solución", hasta ahora nunca había leído una opinión tan cualificada que la casi-descartara tan claramente. No olvidemos que el transporte es el gran caballo de batalla del uso de derivados del petróleo, un problema no resuelto, y su paso a gas podría suponer también un "puente" hacia un mundo de vehículos privados eléctricos, por ejemplo. Teniendo en cuenta que se trata de tecnología conocida y utilizada desde hace tiempo en muchos países (Argentina, India...) su implantación masiva nunca sería tan cara ni dificultosa como la implantación masiva del vehículo eléctrico.

Sin embargo, posiblemente pese mucho en su contra la escasa reducción de emisiones de CO2 que se produce en la sustitución de carburantes líquidos por gas natural en los vehículos: apenas un 25%, mucho menos que cuando sustituyes carbón por gas natural en una central térmica... por eso digo que, si el objetivo es un mundo bajo en carbono, esta solución es "poco solución". Aunque los países que ya la tengan implantada podrán seguir aprovechándose de ella.

Abastecimiento y geopolítica

Se hace un comentario importante a la necesidad de cambiar el funcionamiento del mercado mundial del gas natural, principalmente para hacerlo más líquido y transparente.

Quien no sepa mucho del tema quizá no se haga una idea de la importancia de este punto, y de las enormes diferencias que hay entre el mercado del petróleo y el del gas. Trataré de resumirlo un poco:

El mercado del petróleo es muy líquido: hay muchos barcos de crudo navegando por el mundo en cada momento, que a menudo cambian de mano varias veces en función de intereses y necesidades de compradores y vendedores. Las cotizaciones internacionales de crudo y productos son conocidas y están abiertas a consulta para todo el mundo. Es cierto que persisten varios misterios, como cuánto petróleo queda y quién lo tiene, y sobre todo cómo se conforma el precio y quién y cómo influye en él en cada momento (digamos que a medio-largo plazo, la tendencia de los precios se explica suficientemente bien mediente la curva de oferta y demanda. A corto, sin embargo, miríadas de pequeñas variables y decisiones influyen en la variabilidad, que se parece mucho a un movimiento azaroso). Pero, para cualquiera que necesite comprar o vender petróleo crudo o productos, las reglas de funcionamiento de este mercado son razonablemente claras para todo el mundo: cualquier operador puede comprar un barco de crudo, enviarlo donde quiera o revenderlo mientras se acerca a su destino, y ponerse de acuerdo en el precio de la transacción: existe un mercado spot suficientemente desarrollado.

En el gas natural, sin embargo, esto no es así. Hay que entender que históricamente el gas natural se consideraba un subproducto del crudo sin valor económico, y se quemaba en boca de pozo sin ningún uso. Según muchos paises empezaron a utilizar el gas natural, se le empezó a asignar valor económico, pero para hacerlo efectivo era necesario que el yacimiento estuviera cerca de la demanda, pues construir un gasoducto es muy caro y las tecnologías para licuar el gas natural y transportarlo en barcos aún eran incipientes. Se impusieron, en este entorno, los contratos cerrados de abastecimiento a largo plazo entre un productor y un comprador de gas, que permitieran recuperar el coste de desarrollar las infraestructuras de transporte hasta el lugar de consumo, a menudo con cláusulas "take or pay" mediante las cuales el comprador paga lo que dijo que iba a consumir, lo consuma o no.

Es, por lo tanto, un mercado de contratos cerrados, donde apenas existe el mercado spot. Poco a poco, a medida que se desarrolla el GNL (gas natural licuado) ya que las distancias no permiten la construcción de gasoductos, y proliferean en nuestros océanos los barcos de GNL, es de esperar que empiece a generarse un mercado spot similar al del petróleo, con cotizaciones diarias abiertas a todo el mundo y no "escondidas" en contratos privados.

Para que el gas natural tenga el peso que merece como fuente de energía de uso global, desde luego el MIT considera este punto imprescindible, tanto como para recomendar que dicho objetivo forme parte de la agenda de asuntos exteriores del gobierno de EEUU... lo cual, si revisamos los acontecimientos recientes y cambiamos a Obama por Bush y al gas por el petróleo, no es demasiado tranquilizador...


Política industrial
 
Para terminar, el informe hace algunas recomendaciones relacionadas con la "política industrial", que merece la pena resaltar pues también están candentes en nuestro país y en muchos otros.
 
Si bien por una parte animan a favorecer mediante incentivos fiscales, regulación o subvenciones la implantación de ésta fuente de energía para sustituir al carbón, alertan del peligro de dichas políticas si no se miden muy bien. Resumiendo mucho, las ideas serían dos:
  • No favorecer a una fuente de energía con medidas que a su vez perjudiquen a otra, sobre todo si ambas persiguen objetivos similares en cuanto a eficiencia y reducción de emisiones.
  • Implantar un "coste del CO2" para todas, y que cada palo aguante su vela... y ninguna subvención a largo plazo.
Sencillo, ¿no?

2 comentarios:

Alnair dijo...

Totalmente de acuerdo.

El binomio renovables + nucleares es incompatible, sin embargo el binomio renovables + gas natural son altamente complementarios.

Si ir mas lejos en mi casa para calefacción y agua caliente tengo energía solar térmica + propano. Si existieran módulos nucleares para la calefacción central de viviendas, de nada me servirían las placas solares si para encender o apagar el módulo nuclear tardara 2 días, ya que los días de lluvia no le daría tiempo de ponerse en marcha.

Ender dijo...

Hombre, yo sí creo que renovables y nucleares son compatibles, de hecho muy compatibles... entiendo que lo que quieres decir es que no son cobertura la una de la otra, y eso está claro que no.

Por suerte, para un país de lo que se trata no es de "binomios" si no de disponer de un mix de varios tipos de fuentes que sean eficientes y disminuyan nuestra dependencia energética.

Pero hablando de binomios con las renovables, yo optaría más por hacerlas funcionar con sistemas de almacenamiento y gestión inteligente de la variabilidad: centrales de bombeo, coches eléctricos... e interconexión internacional, mucha interconexión...