El lunes 19 de Abril aparecieron en prensa dos artículos que parecen haber sido escritos por sus autores para tirárselos mutuamente a la cabeza.
Uno es de José María González Vélez, Presidente de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), en El Economista. El otro es de Antoni Peris, Presidente de la Asociación Española del Gas (SEDIGAS), en Cinco Días.
Ambos son interesantes de leer (venga, hacedlo, son cortitos...), pues dicen un par de cosas que hay que tener en cuenta, y que además son verdad, en el debate energético actual. Pero lo acompañan con varias omisiones importantes que sesgan la información hacia los intereses que representan, y lanzan alguna afirmación discutible. Veámoslo.
El presidente de APPA apunta una idea importante que el presidente de SEDIGAS omite por completo en su crítica a las subvenciones de las renovables: “las primas de las renovables existen porque las fósiles no pueden incorporar sus costes externos”. Por “costes externos” quiere decir “externalidades negativas”, como por ejemplo las emisiones contaminantes. Esto es cierto, si bien hay una manera de incorporar, al menos en parte, dichas externalidades, como es la de valorar el coste de emisiones de CO2 a un determinado precio (también hay metodologías para valorar otros efluentes), y sumárselo al coste de generación de las fósiles.
Esto es lo que hace José Luis Ferreira en esta entrada y en ésta otra, donde además se aborda la importante cuestión de qué cuantía debería tener la subvención, a la que yo añadiría dos cuestiones más: cuál debería ser su objetivo y hasta cuándo mantenerla. En mi opinión, las subvenciones están justificadas cuando queremos ayudar a que se incorporen al mercado unas tecnologías que, por estar en el estado inicial de su desarrollo, no pueden competir en costes, pero que tienen otras ventajas para el consumidor o para la sociedad en su conjunto, como la reducción de externalidades negativas, la disminución de la dependencia energética y de las importaciones, etc. La fijación de su cuantía es difícil, pero debería seguirse su evolución para asegurar que en todo momento las ventajas obtenidas superan los costes. Además, deberían tener un plazo, no ser permanentes.
Sobre estos dos últimos puntos podemos razonar lo que ha pasado con la eólica y la solar fotovoltaica. La primera ha experimentado importantes mejoras en los últimos años que han permitido la construcción de aerogeneradores cada vez más grandes e ir mejorando en costes. Sin embargo, la solar se puede decir que apenas ha mejorado gran cosa en su rendimiento y en su coste, por lo menos no lo suficiente como para permitir su implantación a gran escala. Aquí hace falta un gran salto tecnológico, y la manera de conseguirlo es empleando el dinero en I+D+i, y no subvencionando instalaciones de dudosa utilidad. Esto se puede generalizar a toda tecnología que se encuentre en estado muy incipiente o que haya demostrado desde hace tiempo estar estancada en eficiencia: subvencionar la instalación no sirve para mucho, lo que hay que hacer es promocionar la I+D. Si encima la subvención es exageradamente alta, fomentaremos que el objetivo sea única y exclusivamente cazar la subvención... lo cual favorece los fraudes, hasta los más chuscos.
Un ejemplo similar en el que parece que vamos por el mal camino es el coche eléctrico: la clave está en las baterías, y éstas necesitan aún de mucha I+D para hacer que el producto sea competitivo: subvencionar la compra, como pretende hacer éste y otros gobiernos, me parece que es tirar el dinero.
Volviendo al escrito del Presidente de APPA, junto a la de cal viene la de arena: minimiza de manera flagrante la necesidad de energía de respaldo para las fuentes renovables, que sin embargo el presidente de SEDIGAS explica bien: la alta variabilidad y baja predictibilidad de las energías renovables requiere de otras fuentes de respaldo, que sí sean fiables y predecibles, y que además puedan arrancar y parar con rapidez y facilidad, y sin un coste prohibitivo. Y ahí las centrales de Ciclo Combinado de gas no tienen rival.
Obviamente, si por el hecho de disfrutar de las ventajas de las fuentes renovables nos vemos obligados a duplicar su potencia instalando otras fuentes de respaldo, se deberá retribuir la infraestructura instalada y que está infrautilizada, y esto es un coste que habría que incorporar a la generación renovable y que sin embargo nunca se tiene en cuenta.
A continuación el Presidente de APPA nos presenta unos datos macroeconómicos extraídos de un estudio de la consultora Deloitte (contratado por la propia APPA, ejem…), que “demuestran” la cantidad de millones de euros que aportan las renovables a la sociedad, los puestos de trabajo que generan y cómo esto compensa con creces las subvenciones recibidas.
No voy a poner en duda esos números, de hecho la cifra de importaciones evitadas y de emisiones de CO2 evitadas me parecen hechos incuestionables, pero el resto de las conclusiones me valen sólo en parte: se refieren a cuestiones que toda actividad industrial aporta en mayor o menor medida, por lo que hubiera sido más honesto comparar las aportaciones de ambos (renovables y fósiles) en todos esos puntos, no sólo de una de las partes. Particularmente, creo que acudir a ciertas comparaciones sólo puede enfangar el debate en nuestra actual coyuntura: hay que huir de la batalla por los puestos de trabajo… ése no debe ser el criterio para optar por una u otra fuente de energía, y sí su coste, su seguridad de suministro, su capacidad de cobertura de la demanda, su reducción de la dependencia externa y sus emisiones contaminantes. Concretamente éste último punto, muy minimizado por el presidente de SEDIGAS, cada vez será más importante. En este sentido sí se podrá hacer cierta la afirmación del presidente de APPA de que “si las fósiles internalizaran todos sus costes, las renovables competirían con ventaja en el mercado”: hoy por hoy tal afirmación parece aún dudosa (ver el ejercicio anterior de José Luis Ferreira), pero a medio plazo, según la Tm de CO2 cueste cada vez más, las renovables sí podrían competir en costes de igual a igual, o incluso con ventaja, con las fósiles…
Esto me permite enlazar con uno de los puntos más discutibles, en los que ambos se contradicen: ¿qué energía es más cara?, y ambos aportan datos que parecen respaldar sus tesis: el presidente de SEDIGAS remarca la pérdida de competitividad en el precio de la electricidad que supuestamente ha sufrido España, según datos del Eurostat sobre la tarifa eléctrica, que él atribuye en exclusiva a las subvenciones a las renovables. Esto desde luego puede ser un motivo, pero la cosa requeriría de un análisis de causas más profundo, pues podrían confluir otras variables.
Por su parte, el estudio de Deloitte citado por la APPA afirma, y este punto sí que es interesante y sí que merecería ser refrendado por algún organismo de control independiente (¿alguien ha citado a la Comisión Nacional de la Energía?), que las renovables han ahorrado al sistema 5.000 Mill € en el precio de generación por permitir fijar precios más bajos en el pool eléctrico. Lo que me parece cuestionable de ése punto es que, lógicamente, si las renovables entran al pool con preferencia y a precio cero, tirarán hacia abajo los precios del pool, pero eso es una clara distorsión del mercado porque oculta el verdadero coste, que pagamos los consumidores con las subvenciones (aparte de generar incertidumbre y joder sobremanera al resto de generadores, claro).
A modo de reflexión final, este tipo de debates tan sesgados me parecen desalentadores: no contribuyen nada a clarificar un debate tan necesario como el energético, si cada parte oculta la mitad de la verdad o directamente juega con las cifras.
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3 comentarios:
Gracias por la publicidad.
He leído los dos artículos y, como podía esperarse, cada uno barra para casa. Haces un buen comentario, pero querría añadir un par de cosas.
1. Cuando la APPA pone en la balanza los costes y los beneficios de la energía renovable hace bastante contabilidad creativa, por decirlo suave. El ahorro en importaciones no se debe poner en el haber si no se pone el coste de producir la energía no importada.
Imagina que la empresa A produce un bien con un coste de 10 euros y la empresa B lo produce con un coste de 13 euros. Una prima o subvención a la empresa B de 3 euros le permite ser competitiva. Pero decir que una prima de 3 euros nos ahorra los 10 euros que nos costaba comprarlo a A es no contar bien las cosas.
2. Por su parte, el de SEDIGAS exagera las primas a las renovables fijándose demasiado en la fotovoltaica, que sufrió un periodo exagerado en 2007-2008 que ya se ha corregido. El de la APPA apela a esta corrección para decir que se están cortando las ayudas.
Hola, José Luis. Dices:
"El ahorro en importaciones no se debe poner en el haber si no se pone el coste de producir la energía no importada."
A la hora de comparar costes, totalmente de acuerdo. Es otro punto muy importante que se suele ocultar.
Pero supongo que la APPA lo menciona sobre todo para enfatizar su contribución a reducir la dependencia energética del exterior.
Saludos.
“las primas de las renovables existen porque las fósiles no pueden incorporar sus costes externos”
Además de lo que comentas sobre este aspecto hay otros costes que rara vez se tienen en cuenta (y seguramente yo tampocolos tendría en cuenta si no me lo hubieran dicho), esos costes son los de creación del petroleo.
La energia necesaria para convertir los restos de seres vivos en petroleo no pueden o son muy dificilmente cuantificables, y si la industria petrolera tuviera que hacerlo sería inviable, por que, en mayor o menor medidala energía primaria con la que se "fabrica" el petroleo es la misma que se tiene como input en las energias energias renovables, vease el Sol, la Luna y y la Tierra.
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