13/10/08

Krugman ya es Premio Nobel...

... y ya era hora. Porque, ya que se lo terminan dando a todo el mundo, por lo menos que lo reciba alguien que de verdad se lo merece.
Bueno, no quiero pasarme de listo: en mi modesta opinión, el tipo lo merece, y supongo que el resto que lo han recibido también lo merecían. Pero me llama mucho la atención la diversidad de economistas que han recibido el Nobel, con teorías, modelos, trabajos... francamente contradictorios entre ellos. Por no hablar de los que han fallado estrepitosamente en su descripción de la realidad, o peor aún, en la aplicación de sus teorías a países o situaciones concretas.
Bien, convengamos que la Economía, como otras ciencias sociales, intenta abarcar una realidad vasta y compleja, donde las variables a tener en cuenta son muy numerosas y la posibilidad de diseñar experimentos y comprobar la idoneidad de la teoría, muy remota. Resumiendo, es una disciplina en la que, a pesar del uso generalizado de la estadística y otras herramientas matemáticas, tiene muy complicado poder aplicar el Método Científico en toda su extensión. De ahí su tradicional fracaso al intentar predecir lo que va a pasar (salvo honrosas excepciones) y de ahí también que se suele basar en modelos teóricos de la realidad, que son una aproximación de la misma y que de momento es la mejor herramienta de que dispone la Economía, y como tal, habrá que aceptarlo y desear que se siga perfeccionando. Otras disciplinas adolecen de las mismas dificultades, y no me quiero extender en el tema, aunque es bien interesante.

Pero como bien dice Citoyen en un reciente post sobre el Nobel de Krugman:
"cuando la teoría no comulga con los hechos, uno debe modificar la teoría, no reinterpretar los hechos. Y esto, la gente no se da cuenta, pero incluye salvar el estatus de la eocnomía como ciencia."
No puedo estar más de acuerdo. Es una lástima que los distintos modelos y escuelas económicas estén tan ideologizadas que se dediquen a reinterpretar la realidad para hacerla coincidir con el modelo, y no al revés. Y en este sentido, casi todos los Nobel-Economistas sacan pecho cuando los hechos parecen coincidir con sus teorías y predicciones, denostando los modelos de "la escuela contraria". Y, por supuesto, obvian el tema cuando la tozuda realidad les contradice, guardando silencio o poniendo cualquier excusa que no sería tolerada en una disciplina auténticamente científica. Incluso Kantor, que aún no es premio Nobel pero nos ha ofrecido una profunda e interesante explicación sobre la crisis, que recomiendo leer con atención, arrima el ascua a su sardina cuando, para describir lo que está pasando en los mercados financieros, utiliza referencias al "triunfo del monetarismo y de la escuela Austríaca" o el "eterno retorno de Von Mises", que no dejan de ser interpretaciones suyas como mínimo discutibles, pero que aunque fuesen acertadas desvían la atención y hacen perder credibilidad a su explicación, que es muy buena, por otra parte (para una explicación similar pero mucho más aséptica, recomiendo este artículo del Economist).
Por ello me congratulo del Nobel de Krugman, porque el tipo, aparte de ser una delicia leerlo en sus habituales artículos del New York Times o alguna traducción que recoge El País, es certero, tiene sentido del humor, no se corta tomando partido, pero argumenta con razones poderosas, y como bien dice Citoyen en su post, toma de las distintas escuelas lo que le parece acertado sin pisotear al contrario y sin considerar infalible ningún modelo.

Que no se le suba a la cabeza.

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