17/3/11

Fukushima I (1ª parte): 50 valientes y 500 demagogos

... porque mientras 50 técnicos luchan día tras día por controlar una situación de extrema gravedad, en Europa y otros lugares nuestros políticos, con Merkel a la cabeza, se dedican a hacer demagogia con el tema de las centrales nucleares. Ya sabemos lo que mueve a Merkel: las próximas elecciones. Por eso cierra 3 centrales nucleares durante 3 meses (¡!), en un intento (entiendo que vano) de arramblar un puñado de votos desinformados.

Por una vez hay que reconocer que la reacción de Zapatero ha sido sensata y medida, lo cual es sorprendente dado el perfil del personaje.

Y mientras en Europa se genera un debate que es absurdo plantear en este momento, en Japón nuestros 50 valientes se enfrentan a un suceso inédito, algo posiblemente impensable hasta hace poco tiempo: el fallo catastrófico simultáneo de 4 reactores a la vez, en un entorno devastado al que apenas llega la energía eléctrica.

No son nada útiles tampoco las intervenciones de algunos expertos nucleares de estos días tratando de hacer creer que la cosa no es tan grave y la situación está más o menos controlada. Insisto en que la pérdida de refrigeración de 4 reactores al mismo tiempo, por falla de todos los sistemas redundantes de seguridad (que en las nucleares superan con mucho al de otras industrias), es algo a lo que nunca nos hemos tenido que enfrentar, y por lo tanto no cabe sino reconocer que la situación es gravísima y su posible desenlace aún muy incierto.

Eso no significa que estemos ante otro Chernóbil, como se oye por ahí. La central japonesa es de diseño moderno, su estructura resistió sorprendentemente bien el mayor terremoto de la historia, las características de reactividad negativa de sus reactores permitieron detener la reacción de fisión adecuadamente, la vasija y el edificio de contención cumplieron su papel en un primer momento (aún lo cumplen, aunque con mayor dificultad) y los protocolos de evacuación de la población se están cumpliendo con diligencia.

Pero como es necesario explicar al público general, aún sin reacción nuclear en cadena, dentro del combustible nuclear siguen produciéndose reacciones de desintegración radiactiva que generan mucho calor, por lo que es necesario refrigerarlo. Cuando falla el suministro eléctrico, las bombas que introducen el refrigerante tienen que alimentarse con motores diésel autónomos preparados al efecto, y el gran problema, el auténtico problema de Fukushima I sobre el que habrá tiempo de reflexionar, es que estos motores fueron arrasados por el tsunami. Sí, estaban protegidos por un muro antitsunamis, pero claramente éste no fue suficiente. La pregunta de si el Análisis Probabilista de Seguridad de la central fue adecuadamente hecho, tiene sentido. ¿Pero tiene sentido plantearla ahora, y comparar la situación de Japón con las centrales europeas? En mi opinión, no.

Es una cuestión de prioridades: lo que necesita ahora Japón es ayuda: toda la ayuda técnica y económica que pueda necesitar, porque la situación es desesperada (el rociado de agua desde helicópteros demuestra hasta qué punto están desesperados, pues su eficacia es irrisoria, salvo quizá para las piscinas de combustible gastado y sólo para ganar tiempo). Porque si el núcleo se funde (los elementos combustibles empiezan a "derretirse", doblarse y mezclarse con los elementos estructurales), se formará una amalgama metálica y radiactiva en el fondo de la vasija que en ése momento se convierte en inmanejable: en el mejor de los casos la puedes refrigerar superficialmente, pero no en su seno, que si sigue aumentando de temperatura liberará gases potencialmente explosivos.

Por supuesto que la central está acabada, el problema es que el control posterior de un núcleo fundido nos deja pocas opciones que no sea su confinamiento en algún tipo de recinto que hay que construir a su alrededor, y dicha construcción será enormemente difícil y los operarios encargados de ella trabajarán en una zona de altísima radiación de la que no tengo claro cómo podrán ser protegidos.

Pero eso vendrá después. Ahora es fundamental tratar de evitarlo. Y luego llegará la hora de las preguntas, de revisar los protocolos y de cómo todo ello va a influir en el futuro de la industria nuclear. Pero esto, para la próxima entrada.

4 comentarios:

Runaway dijo...

Bien, no soy físico, ni tecnico ni experto en la materia. Tampoco ningún valiente. Por todas esas razones, no me gusta la demagioga; pero tampoco me gusta que me tomen por un imbécil o un idiota.

Ví en TV una entrevista que le hicieron a una portavoz del Foro Nuclear, y ante toda esta catástrofe nuclear de Japón, la señora ni se inmutó, muy al contrario, pasó a pormenorizar un catálogo exhaustivo sobre las bondades de la energía nuclear y sobre la seguridad a toda prueba de sus instalaciones, a pesar de las evidencias de las noticias que llegaban.

Todo el proceso se estaba desarrollando de acuerdo con un protocolo muy exigente estudiado de antemano y el personal de la entidad propietaria los aplicaba con toda seriedad y rigor. En cuanto a la posibilidad de que se produjese un accidente parecido al de Chernóbil lo descartó totalmente, con una nueva sonrisa de suficiencia. Los reactores estaban protegidos del exterior por un revestimiento de una solidez indestructible y además la tecnología del eficiente capitalismo occidental nada tenía que ver con las comatosas plantas soviéticas.

Y su conclusión final no fue menos optimista. La planta de Fukushima superaría la prueba y demostraría la robustez de las instalaciones nucleares y su imprescindible contribución al desarrollo económico moderno. ¿Cómo íbamos a arreglárnoslas sin ellas?

El ser pro-nuclear se ha convertido en un acto de fé. En un dogma, en una religión. En un planteamiento ideológico y político. Cada vez más alejado de planteamientos científicos. Hasta Einstein alertaba de sus peligros.

Que en un país chapucero como España se construya una central nuclear sin tener en cuenta el riesgo de terremotos o sunamis, lo puedo enterder. Lo que no puedo entender es cómo un país serio y superavanzado tecnológicamente construya centrales nucleares sin tener en cuenta terremotos y sunamis, cuando saben que están dentro de una falla con alto riesgo de actividad sísmica.

Runaway dijo...

"Cuando tuvo lugar el accidente de Chernóbil, en 1986, el miedo al hongo nuclear que nos marcó durante toda la guerra fría encontró un contrapeso en el estereotipo de unos soviéticos a los que, a pesar de la propaganda, les comenzaba a fallar todo, incluso esos trenes cargados que se perdían en la inmensidad de territorios cuyo nombre se borraba de los mapas. El pánico que inspiraba la tragedia de ese lugar de Ucrania tenía un paliativo popular, mezcla de datos, prejuicios, tópicos e impresiones variadas: es cosa de los rusos, ya se sabe. La censura férrea que aplicaban las autoridades de Moscú confirmaba la singularidad de esa catástrofe. Un accidente propio de un gigante con pies de barro, etcétera. El accidente de Harrisburg, en Estados Unidos en 1979, dejó menos huella en la memoria al no haber causado víctimas. Chernóbil fue, ya para siempre, un topónimo de escalofrío, pero muy lejano y excepcional. Algo de un mundo que no era el nuestro.

Ahora, los prejuicios, los tópicos y los estereotipos sobre Japón y los japoneses deberían jugar a favor de la calma de la comunidad internacional: eficacia, diligencia, disciplina, trabajo bien hecho, bla, bla, bla.
Esas colas ordenadas de gente que tanto nos admiran remiten a una sociedad que planifica y no hace las cosas a tontas y a locas. No obstante, no estamos tranquilos. Desde Washington y Bruselas, surgen voces que acusan a las autoridades japonesas de ocultar la gravedad de lo que está ocurriendo. Y un experto, entrevistado por La Vanguardia, se hace preguntas muy inquietantes del tipo: “¿Cómo puede diseñarse una central en una zona de alto riesgo sísmico, al lado del océano, con los generadores de emergencia en superficie?”
El razonamiento es mecánico: si ha fallado el ordenado y pulcro Japón (que lo sabe todo sobre terremotos y maremotos), también puede fallar Francia y no digamos España, reino de la chapuza y la picaresca.(...)
Con los soviéticos, teníamos el refugio del tópico negativo, igual que en esos chistes casposos en los que aparecen tres personajes de diferentes nacionalidades. Con los japoneses, no tenemos más remedio que tomarnos la cosa muy en serio. Y repreguntarlo todo sobre la energía nuclear."

http://www.lavanguardia.es/opinion/articulos/20110318/54128787018/nucleares-y-estereotipos.html

Runaway dijo...

Y AHORA UNA PEQUEÑA RACIÓN DE DEMAGICIA Y DEMAGOGOS:
"Como era de esperar, los prejuicios de la izquierda trasnochada contra las centrales han aparecido para agitar su eterna campaña y pescar enrío revuelto. Las ventajas de la energía atómica son hoy las mismas que hasta hace una semana, aunque sus inconvenientes deban ser revisados tras el accidente de Fukushima. Negar hoy que es barata, limpia y fiable sólo podría hacerse desde posiciones sectarias y demagógicas, pero nunca sustentadas en criterios técnicos y en la experiencia, que es lo que debería prevalecer” (EDITORIAL DE LA RAZÓN)

Ahora los "técnicos" y "expertos", que ríete tu de Einstein:

“Torrente arrasando en las carteleras con olas de 8 millones de euros de altura en taquilla, y la catástrofe del Japón haciendo gratis a los ecologistas a la violeta toda la demagogia antinuclear imaginable, como si la central de Garoña estuviera, como los duros antiguos, a la orillita del mar, y mañana mismo la fuera a destruir un tsunami. Porque en el Cantábrico, ya saben, los tsunamis son frecuentísimos. Hay un tsunami cada lunes y cada martes” (ANTONIO BURGOS en el ABC)
lo peor que podríamos hacer es dejarnos llevar por el choque emocional asociado a tales desgracias. La explosión del reactor ucraniano desató una cadena de reacciones apasionadas en la ciudadanía y en los políticos que dieron lugar a decisiones que hemos pagado muy caras en términos de competitividad económica, seguridad de suministro y preservación del medio ambiente. (...)Y atentos a la que sigue: “Si se analiza fríamente lo que está sucediendo en la central de Fukushima, el coste en vidas humanas en el peor escenario posible será insignificante comparado con la mortandad infligida por la suma del seísmo y el maremoto. En cuanto a las pérdidas financieras derivadas del cierre definitivo de tres reactores de una planta más que amortizada, tras cuatro décadas de producir electricidad, tampoco son relevantes en el marco del ingente volumen de dinero que deberá ser invertido”. VIDAL CUADRAS Eurodiputado PP¿Suficiente?
Lamentablemente, la izquierda está desarrollando un debate ideologizado y demagógico para arremeter contra este tipo de energía, básica para la economía del mundo e incluso para la reconstrucción de un país, como es el caso de Japón” LA GACETA (INTERECONOMÍA)

Esto es tan sólo una muestra de una milésima parte ejemplos que podía poner.¡¡Vaya Nivel¡¡ Sí Señor, gracias a todos estos medios, técnicos y expertos,sabemos un poco más de energía atómica. Muy clarificador todo.

Runaway dijo...

Cita del autor al final de la entrada:
"Pero eso vendrá después. Ahora es fundamental tratar de evitarlo. Y luego llegará la hora de las preguntas, de revisar los protocolos y de cómo todo ello va a influir en el futuro de la industria nuclear. Pero esto, para la próxima entrada."

No sé cuántas veces he oido en las tertulias televisivas y radiofónicas a estos "expertos" propagandísticas pro-nucleares la frase "bueno, no es bueno debatir en caliente, hay que esperar a que se tranquilice las cosas para reabrir el debate, hay que dejarlo a los técnicos".

Pero eso ha sido ya él último nivel. En el primero empezaron a hacerce los gallitos alardeando y presumiedo que un terremoto y tsunami no habían podido con la seguridad de una central nuclear. En el segundo nivel reconocieron que sí le había afectado, pero que era poquita cosa, que no había por qué alamarse y preocuparse.(todo eso cuando ya las autoridades japonesas habían evacuado a la población en un radio de 30 kms, gente huyendo del país, y cancelaciones de turistas que iban a pasar sus vacaciones en Japón)
En un tercer nivel quitaban importancia a esos hechos y que bueno, que eran circustancias excepcionales y que teníamos tendencia al melodrama. Ahora estamos en el cuarto nivel. Vamos a ver con qué nos sorprenden en el siguiente. Con mi tendencia al melograma, estoy en un sin vivir.